8
Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen según la Ley
9
entonces dijo: Heme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero
10
En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesús, el Cristo, hecha UNA VEZ
11
Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados
12
pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios
13
esperando lo que resta, es a decir, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies
14
porque con una sola ofrenda hizo consumados para siempre a los santificados
15
Así, nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; que después dijo
16
Y éste es el testamento que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor, Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré
17
y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades
18
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado