12
Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de los de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño
13
Y aconteció que como él nos declaró, así fue: a mí me hizo volver a mi asiento, e hizo colgar al otro
14
Entonces el Faraón envió y llamó a José; y le hicieron salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino al Faraón
15
Y dijo el Faraón a José: Yo he soñado un sueño, y no hay quién lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos
16
Y respondió José al Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz al Faraón
17
Entonces el Faraón dijo a José: En mi sueño, he aquí, que estaba a la orilla del río
18
y que del río subían siete vacas gruesas de carne y hermosas de forma, que pacían en el prado
19
Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad
20
Y las vacas flacas y feas tragaban a las siete primeras vacas gruesas
21
y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubieran entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como al principio. Y yo desperté
22
Vi también soñando, y he aquí siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas