2
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oído obediente de la fe
3
¿Tan locos sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne
4
¿Tantas cosas habéis padecido en vano? Sí, pero en vano
5
Aquel, pues, que os da el Espíritu, y obra las maravillas entre vosotros ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír obediente de la fe
6
Como Abraham creyó a Dios, y le fue atribuido a justicia
7
Así que conocéis que los que son por la fe, los tales son los hijos de Abraham
8
Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar a los gentiles, evangelizó antes a Abraham, diciendo: Que todos los gentiles de la tierra serán benditos en ti
9
Luego los de la fe son los benditos con el creyente Abraham
10
Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas
11
Además por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá
12
La ley tampoco es de la fe; sino: El hombre que hiciere los mandamientos, vivirá por ellos