6
Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios
7
por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extraños, los fuertes de los gentiles, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y ensuciarán tu esplendor
8
A la huesa te harán descender, y morirás de la muerte de los que mueren en medio de los mares
9
¿Por ventura hablarás delante de tu matador, diciendo: Yo soy dios? Tú, hombre serás, y no Dios, en la mano de tu matador
10
De muerte de incircuncisos morirás por mano de extraños; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS
11
Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo
12
Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dijo el Señor DIOS: Tú sellas la suma de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura
13
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; toda piedra preciosa fue tu vestidura; el sardio, topacio, diamante, turquesa, ónice, y berilo, zafiro, rubí, esmeralda, y oro. Las obras de tus tamboriles y pífanos estuvieron apercibidas en ti el día que fuiste creado
14
Tú, querubín grande, cubierto, y yo te puse; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego anduviste
15
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad
16
A causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de violencia, y pecaste; y yo te eché del Monte de Dios, y te eché a mal de entre las piedras del fuego, oh querubín cubierto