11
Y hablaba el SEÑOR a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su amigo. Y se volvía al campamento; mas el joven Josué, su criado, hijo de Nun, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo
12
Y dijo Moisés al SEÑOR: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién has de enviar conmigo; sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos
13
Ahora, pues, si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que me muestres tu camino, para que te conozca, para que halle gracia en tus ojos; y mira que tu pueblo es esta gente
14
Y él dijo: Mis faces irán delante de ti, y te haré descansar
15
Y él respondió: Si tus faces no han de ir adelante, no nos saques de aquí
16
¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en andar tú con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra
17
Y el SEÑOR dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y yo te he conocido por tu nombre
18
El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria
19
Y él respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre que YO SOY delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente
20
Dijo más: No podrás ver mi faz; porque no me verá hombre, y vivirá
21
Y dijo aún el SEÑOR: He aquí lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña
22
y será que, cuando pasare mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado
23
Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas mis faces no se verán