5
de los hijos de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones
6
de los hijos de Adín, Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones
7
de los hijos de Elam, Jesaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones
8
y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochenta varones
9
de los hijos de Joab, Obadías, hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones
10
y de los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones
11
y de los hijos de Bebai, Zacarías, hijo de Bebai, y con él veintiocho varones
12
y de los hijos de Azgad, Johanán, hijo de Hacatán, y con él ciento diez varones
13
y de los hijos de Adonicam, los postreros, cuyos nombres son éstos, Elifelet, Jeiel, y Semaías, y con ellos sesenta varones
14
y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con ellos setenta varones
15
Y los junté junto al río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de los hijos de Leví
16
Entonces despaché a Eliezer, a Ariel, a Semaías, a Elnatán, a Jarib, a Elnatán, a Natán, a Zacarías, y a Mesulam, principales; asimismo a Joiarib y a Elnatán, sabios
17
y los envié a Iddo, capitán en el lugar de Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los netineos en el lugar de Casifia, para que nos trajeran ministros para la Casa de nuestro Dios
18
Y nos trajeron (según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros), un varón entendido de los hijos de Mahli, hijo de Leví, hijo de Israel; y a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho
19
y a Hasabías, y con él a Isaía (Jesaías) de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte
20
y de los netineos, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos los cuales fueron declarados por sus nombres
21
Y publiqué ayuno allí junto al río de Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para buscar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para toda nuestra hacienda
22
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendieran del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es sobre todos los que le buscan para bien; mas su fortaleza y su furor sobre todos los que le dejan
23
Ayunamos pues, y buscamos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio
24
Aparté luego doce de los principales de los sacerdotes, a Serebías y a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos
25
y les pesé la plata, el oro, y los vasos; la ofrenda para la Casa de nuestro Dios que habían ofrecido el rey, sus consultores, y sus príncipes, todos los que se hallaron de Israel