4
Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz
5
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que él quiera
6
¿Quién es ésta que sube del desierto como columnas de humo, sahumada de mirra y de incienso, y de todos los polvos aromáticos
7
He aquí es la litera de Salomón; sesenta fuertes la rodean, de los fuertes de Israel
8
Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche
9
El rey Salomón se hizo un tálamo de madera del Líbano
10
Sus columnas hizo de plata, su solado de oro, su cielo de grana, su interior enlosado de amor, por las doncellas de Jerusalén
11
Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón