7
Y David mi padre tuvo en el corazón edificar Casa al Nombre del SEÑOR Dios de Israel
8
Mas el SEÑOR dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón edificar Casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón
9
pero tú no edificarás la Casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará Casa a mi nombre
10
Y el SEÑOR ha cumplido su palabra que dijo, y me levanté yo por David mi padre, y me senté en el trono de Israel, como el SEÑOR había dicho, y he edificado Casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel
11
Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que concertó con los hijos de Israel
12
Se puso luego Salomón delante del altar del SEÑOR, delante de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos
13
Porque Salomón había hecho una plataforma de bronce; cinco codos de largo, cinco codos de ancho, y de tres codos de altura, y lo había puesto en medio del atrio; y se puso sobre él, y se arrodilló delante de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo
14
SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón
15
que has guardado a tu siervo David mi padre lo que le dijiste; tú lo dijiste de tu boca, mas con tu mano lo has cumplido, como se ve en este día
16
Ahora, pues, SEÑOR Dios de Israel, guarda a David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, a condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado
17
Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, sea firme tu palabra que dijiste a tu siervo David
18
¿Es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte; ¿cuánto menos esta Casa que he edificado
19
Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh SEÑOR Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti
20
que tus ojos estén abiertos sobre esta Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi Nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar
21
Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando oraren en este lugar, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu habitación; que oigas y perdones
22
Si alguno pecare contra su prójimo, y él le pidiere juramento haciéndole jurar, y el juramento viniere delante de tu altar en esta casa
23
tú oirás desde los cielos, y harás derecho a tus siervos, dando la paga al impío, haciendo volver su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo en darle conforme a su justicia
24
Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos, por haber pecado contra ti, y si se convirtieren, y confesaren tu Nombre, y oraren, y rogaren delante de ti en esta Casa
25
tú oirás desde los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a ellos y a sus padres
26
Si los cielos se cerraren, que no haya lluvias por haber pecado contra ti, si oraren a ti en este lugar, y confesaren tu Nombre, y se convirtieren de sus pecados, cuando los afligieres
27
tú los oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos, y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu pueblo