2
E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a las abominaciones de los gentiles que había echado el SEÑOR delante de los hijos de Israel
3
Porque él reedificó los altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los Baales, e hizo bosques, y adoró a todo el ejército de los cielos, y a él sirvió
4
Edificó también altares en la Casa del SEÑOR, de la cual había dicho el SEÑOR: En Jerusalén será mi Nombre perpetuamente
5
Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la Casa del SEÑOR
6
Y pasó sus hijos por fuego en el valle de los hijos de Hinom; y observaba en los tiempos, miraba en agüeros, y era dado a adivinaciones, consultando espiritistas y encantadores; se multiplicó en hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, para irritarle
7
A más de esto puso una imagen de fundición, que hizo, en la Casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su hijo: En esta Casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre
8
y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, estatutos, y derechos, por mano de Moisés
9
Así que Manasés engañó a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que los gentiles que el SEÑOR destruyó delante de los hijos de Israel
10
Y habló el SEÑOR a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon
11
por lo cual el SEÑOR trajo contra ellos los príncipes del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos de bronce a Manasés, y lo llevaron a Babilonia
12
Mas luego que fue puesto en angustias, oró ante el SEÑOR su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres