3
Y toda la congregación hizo pacto con el rey en la Casa de Dios. Y él les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como el SEÑOR lo tiene dicho de los hijos de David
4
Lo que habéis de hacer es: la tercera parte de vosotros, los que entran el sábado, estarán de porteros a las puertas con los sacerdotes y los levitas
5
una tercera parte, a la casa del rey; y otra tercera parte, a la puerta del Cimiento; y todo el pueblo estará en los atrios de la Casa del SEÑOR
6
Y ninguno entre en la Casa del SEÑOR, sino los sacerdotes y los levitas que sirven; éstos entrarán, porque son santos; y todo el pueblo hará la guardia del SEÑOR
7
Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y cada uno tendrá sus armas en la mano; y cualquier extraño que entrare en la Casa, morirá; y estaréis con el rey cuando entrare, y cuando saliere
8
Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada uno los suyos, los que entraban el sábado, y los que salían el sábado; porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías
9
Dio también el sacerdote Joiada a los centuriones las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la Casa de Dios
10
y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón derecho de la Casa hasta el izquierdo, hacia el altar y la Casa, en derredor del rey por todas partes
11
Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el Testimonio, y le hicieron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo: ¡Viva el rey
12
Y cuando Atalía oyó el estruendo del pueblo que corría, y de los que alababan al rey, vino al pueblo en la Casa del SEÑOR
13
y mirando, vio al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompetas junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra hacía alegrías, y sonaban las trompetas, y cantaban con instrumentos de música los que sabían alabar. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Conjuración, conjuración