3
Harás como te rogué, que te quedaras en Efeso, cuando partí para Macedonia, para que requirieras a algunos que no enseñen diversa doctrina
4
ni presten atención a fábulas y genealogías sin término, que antes engendran cuestiones diferentes a la edificación de Dios que es por fe
5
El fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida
6
de la cual apartándose algunos, se desviaron a vanidad de palabras
7
queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni de donde lo afirman
8
Sabemos que la ley es buena, si se usa de ella legítimamente
9
conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y para los desobedientes; para los impíos y pecadores, para los malos y contaminados; para los matadores de padres y madres, para los homicidas
10
para los fornicarios, para los homosexuales, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros; y si hay alguna otra cosa contraria a la sana doctrina
11
conforme al Evangelio de la gloria del Dios bienaventurado, el cual a mí me ha sido encargado
12
Y doy gracias al que me fortificó, a Cristo Jesús, Señor nuestro, de que me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio
13
habiendo sido antes blasfemo y perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia, porque lo hice con ignorancia en incredulidad