28
Y dijo Micaías: Si llegares a volver en paz, el SEÑOR no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos
29
Así subió el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad
30
Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y así entraré en la batalla; y tú vístete tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla
31
Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis vosotros ni con grande ni con chico, sino contra el rey de Israel
32
Y cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó
33
Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él
34
Mas un varón disparando su arco en su perfección, hirió al rey de Israel por entre las junturas de la cota; por lo que dijo él a su carretero: Da la vuelta, y sácame del campo, que estoy herido
35
La batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría al fondo del carro
36
Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra
37
Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria
38
Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; lavaron también sus armas; {Heb. fornicaciones} y los perros lamieron su sangre, conforme a la palabra del SEÑOR que había hablado