3
los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanán: ¿A tu parecer honra David a tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿No vienen antes sus siervos a ti para escudriñar, e inquirir, y reconocer la tierra
4
Entonces Hanán tomó los siervos de David, y los rapó, y les cortó los vestidos por la mitad, hasta las partes vergonzosas, y los despachó
5
Se fueron, pues, y fue dada la nueva a David de aquellos varones, y él envió a recibirles, porque estaban muy afrentados. Y les dijo el rey: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis
6
Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, Hanán y los hijos de Amón enviaron mil talentos de plata, para tomar a sueldo carros y gente de a caballo de la Siria de los ríos, de la Siria de Maaca, y de Soba
7
Y tomaron a sueldo treinta y dos mil carros, y al rey de Maaca y a su pueblo, los cuales vinieron y asentaron su campamento delante de Medeba. Y se juntaron también los hijos de Amón de sus ciudades, y vinieron a la guerra
8
Oyéndolo David, envió a Joab y a todo el ejército de los hombres valientes
9
Y los hijos de Amón salieron, y ordenaron su escuadrón a la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido, estaban por sí en el campo
10
Y viendo Joab que la faz de la batalla estaba contra él delante y a las espaldas, escogió de todos los más escogidos que había en Israel, y ordenó su escuadrón contra los sirios
11
Puso luego el resto de la gente en mano de Abisai su hermano, ordenándolos en escuadrón contra los amonitas
12
Y dijo: Si los sirios fueren más fuertes que yo, tú me salvarás; y si los amonitas fueren más fuertes que tú, yo te salvaré
13
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga el SEÑOR lo que bien le pareciere