22
Así que, las lenguas son por señal, no a los fieles, sino a los incrédulos; mas la profecía, no se da a los incrédulos, sino a los fieles
23
De manera que, si toda la Iglesia se juntare en uno, y todos hablan lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos
24
Mas si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, de todos es convencido, de todos es juzgado
25
porque lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros
26
¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación; hágase todo para edificación
27
Si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; mas uno interprete
28
Y si no hubiere intérprete, calle en la Iglesia, y hable a sí mismo y a Dios
29
Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen
30
Y si a otro que estuviere sentado, fuere revelado, calle el primero
31
Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados
32
Y los espíritus de los que profetizaren, son sujetos a los profetas