2
¿Por qué es rojo tu ropaje, y tus vestiduras como las del que pisa en el lagar?
3
El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre estaba conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje.
4
Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el año de mi redención había llegado.
5
Miré, y no había quien ayudara, me asombré de que no hubiera quien apoyara; entonces me salvó mi brazo, y fue mi furor el que me sostuvo.
6
Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y derramé su sangre por tierra.