19
¿Quién es ciego sino mi siervo, tan sordo como el mensajero a quien envío? ¿Quién es tan ciego como el que está en paz conmigo, tan ciego como el siervo del SEÑOR?
20
Tú has visto muchas cosas, pero no las observas; los oídos están abiertos, pero nadie oye.
21
El SEÑOR se complació por causa de su justicia en hacer la ley grande y gloriosa.
22
Mas este es un pueblo saqueado y despojado, todos atrapados en cuevas, o escondidos en prisiones; se han convertido en presa sin que nadie los libre y en despojo sin que nadie diga: Devuélvelos.
23
¿Quién de vosotros prestará oído a esto? ¿Quién pondrá atención y escuchará en el futuro?
24
¿Quién entregó a Jacob al despojo, y a Israel a los saqueadores? ¿No fue el SEÑOR, contra quien pecamos? En sus caminos no quisieron andar, ni obedecieron su ley.
25
Por eso derramó sobre él el ardor de su ira y la violencia de la batalla; le prendió fuego por todos lados, pero él no se dio cuenta; lo consumió, pero él no hizo caso.