3
En sus calles se han ceñido de cilicio; en sus terrados y en sus plazas todos gimen, deshechos en lágrimas.
4
También claman Hesbón y Eleale, se oye su voz hasta Jahaza. Por tanto, los hombres armados de Moab gritarán, su alma tiembla dentro de él.
5
Mi corazón clama por Moab; sus fugitivos se extienden hasta Zoar y Eglat-selisiya, y suben la cuesta de Luhit llorando; ciertamente en el camino a Horonaim dan gritos de angustia por su ruina.
6
Porque las aguas de Nimrim se han agotado, ciertamente la hierba está seca, la hierba tierna ha muerto, no hay nada verde.
7
Por tanto, la abundancia que han adquirido y almacenado se la llevan al otro lado del arroyo Arabim.
8
Porque el clamor ha dado vuelta por el territorio de Moab; hasta Eglaim llega su gemir, hasta Beer-elim su gemido.
9
Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre; ciertamente añadiré más sobre Dimón: un león sobre los fugitivos de Moab y sobre el remanente de la tierra.