11
Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
12
Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones:
13
pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra.
14
Y acontecerá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se verá el arco en las nubes,
15
y me acordaré de mi pacto que hay entre yo y vosotros y entre todo ser viviente de toda carne; y nunca más se convertirán las aguas en diluvio para destruir toda carne.
16
Cuando el arco esté en las nubes, lo miraré para acordarme del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que está sobre la tierra.
17
Y dijo Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre yo y toda carne que está sobre la tierra.
18
Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam fue el padre de Canaán.
19
Estos tres fueron los hijos de Noé, y de ellos se pobló toda la tierra.
20
Entonces Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña.
21
Y bebió el vino y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda.
22
Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y se lo contó a sus dos hermanos que estaban afuera.
23
Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, lo pusieron sobre sus hombros, y caminando hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre; y sus rostros estaban vueltos, y no vieron la desnudez de su padre.
24
Cuando Noé despertó de su embriaguez, y supo lo que su hijo menor le había hecho,
25
dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será para sus hermanos.
26
Dijo también: Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Sem; y sea Canaán su siervo.
27
Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem; y sea Canaán su siervo.
28
Y vivió Noé trescientos cincuenta años después del diluvio.
29
El total de los días de Noé fue de novecientos cincuenta años, y murió.