2
Y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho.
3
Y Abraham le puso el nombre de Isaac al hijo que le nació, que le dio a luz Sara.
4
Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios le había mandado.
5
Abraham tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.
6
Y dijo Sara: Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo.
7
Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Pues bien, le he dado a luz un hijo en su vejez.
8
Y el niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado.
9
Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a luz a Abraham burlándose de su hijo Isaac ,
10
y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac.
11
Y el asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo.
12
Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia.
13
Y también del hijo de la sierva haré una nación, por ser tu descendiente.
14
Se levantó, pues, Abraham muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y los dio a Agar poniéndoselos sobre el hombro, y le dio el muchacho y la despidió. Y ella se fue y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
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Y el agua en el odre se acabó, y ella dejó al muchacho debajo de uno de los arbustos,
16
y ella fue y se sentó enfrente, como a un tiro de arco de distancia, porque dijo: Que no vea yo morir al niño. Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró.
17
Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
18
Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación.
19
Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua; y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.
20
Y Dios estaba con el muchacho, que creció y habitó en el desierto y se hizo arquero.
21
Y habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.
22
Aconteció por aquel tiempo que Abimelec, con Ficol, jefe de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo lo que haces;
23
ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad, sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido.
24
Y Abraham dijo: Yo lo juro.
25
Pero Abraham se quejó a Abimelec a causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimelec se habían apoderado.
26
Y Abimelec dijo: No sé quién haya hecho esto, ni tú me lo habías hecho saber, ni yo lo había oído hasta hoy.
27
Y Abraham tomó ovejas y vacas y se los dio a Abimelec. Y los dos hicieron un pacto.
28
Entonces Abraham puso aparte siete corderas del rebaño.
29
Y Abimelec dijo a Abraham: ¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?
30
Y él respondió: Tomarás estas siete corderas de mi mano para que esto me sirva de testimonio de que yo cavé este pozo.
31
Por lo cual llamó aquel lugar Beerseba , porque allí juraron los dos.
32
Hicieron, pues, un pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec con Ficol, jefe de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos.
33
Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del SEÑOR, el Dios eterno.
34
Y peregrinó Abraham en la tierra de los filisteos por muchos días.