1
Yél me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante; come este rollo, y ve, habla a la casa de Israel.
2
Abrí, pues, mi boca, y me dio a comer el rollo.
3
Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel.
4
Me dijo además: Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con mis palabras.
5
Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible y lengua difícil, sino a la casa de Israel;
6
tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán.
7
Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.