10
Si toma para sí otra mujer, no disminuirá a la primera su alimento, ni su ropa, ni sus derechos conyugales.
11
Y si no hace por ella estas tres cosas, entonces ella saldrá libre sin pagar dinero.
12
El que hiera de muerte a otro, ciertamente morirá.
13
Pero si no estaba al acecho, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo te señalaré un lugar donde pueda refugiarse.
14
Sin embargo, si alguno se ensoberbece contra su prójimo para matarlo con alevosía, lo tomarás aun de mi altar para que muera.
15
El que hiera a su padre o a su madre, ciertamente morirá.
16
El que secuestre a una persona, ya sea que la venda o sea hallada en su poder, ciertamente morirá.
17
El que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente morirá.
18
Si dos hombres riñen y uno hiere al otro con una piedra o con el puño, y no muere, pero guarda cama,
19
y se levanta y anda afuera con su bastón, el que lo hirió será absuelto; sólo pagará por su tiempo perdido, y lo cuidará hasta que esté completamente curado.
20
Si alguno hiere a su siervo o a su sierva con una vara, y muere bajo su mano, será castigado.