10
a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11
conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor,
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en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en El.
13
Ruego, por tanto, que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, porque son vuestra gloria).
14
Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
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de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra,
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que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;
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de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; y que arraigados y cimentados en amor,
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seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad,
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y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.
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Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,
21
a El sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.