1
¿Quién como el sabio? ¿Y quién otro sabe la explicación de un asunto? La sabiduría del hombre ilumina su faz y hace que la dureza de su rostro cambie.
2
Yo digo: Guarda el mandato del rey por causa del juramento de Dios.
3
No te apresures a irte de su presencia. No te unas a una causa impía, porque él hará todo lo que le plazca.
4
Puesto que la palabra del rey es soberana, ¿quién le dirá: Qué haces?
5
El que guarda el mandato real no experimenta ningún mal; y el corazón del sabio conoce el tiempo y el modo.
6
Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.