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el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse,
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sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.
8
Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre,
10
para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra,
11
y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.