27
Y él respondió: Si el SEÑOR no te ayuda, ¿de dónde te podré ayudar? ¿De la era o del lagar?
28
Y el rey le dijo: ¿Qué te pasa? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: "Da tu hijo para que lo comamos hoy, y mi hijo lo comeremos mañana."
29
Así que cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente, le dije a ella: "Da tu hijo, para que lo comamos"; pero ella ha escondido a su hijo.
30
Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos y como él pasaba por la muralla, la gente miró, y vio que interiormente, llevaba cilicio sobre su cuerpo.
31
Entonces él dijo: Así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, se mantiene sobre sus hombros hoy.
32
Y Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con él. Y el rey envió a un hombre de los que estaban en su presencia; pero antes de que el mensajero llegara a Eliseo, éste dijo a los ancianos: ¿Veis cómo este hijo de asesino ha enviado a cortarme la cabeza? Mirad, cuando el mensajero llegue, cerrad la puerta y mantenedla cerrada contra él. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su señor?
33
Estaba aún hablando con ellos, cuando he aquí que el mensajero descendió a él, y le dijo: Mira, este mal viene del SEÑOR; ¿por qué he de esperar más en el SEÑOR?