8
Cuando Ezequías y los jefes vinieron y vieron los montones, bendijeron al SEÑOR y a su pueblo Israel.
9
Ezequías preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones,
10
y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le dijo: Desde que se comenzaron a traer las ofrendas a la casa del SEÑOR, hemos tenido bastante para comer y ha sobrado mucho, porque el SEÑOR ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad ha sobrado.
11
Entonces Ezequías ordenó que prepararan cámaras en la casa del SEÑOR, y las prepararon.
12
Fielmente llevaron allí las ofrendas y los diezmos y las cosas consagradas; y el levita Conanías era el intendente encargado de ellas, y su hermano Simei era el segundo.
13
Y Jehiel, Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat y Benaía eran inspectores bajo el mando de Conanías y de Simei, su hermano, por nombramiento del rey Ezequías, y Azarías era el oficial principal de la casa de Dios.
14
Y el levita Coré, hijo de Imna, portero de la puerta oriental, estaba a cargo de las ofrendas voluntarias hechas a Dios, para repartir las ofrendas dedicadas al SEÑOR y las cosas santísimas.
15
Bajo su mando estaban Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías en las ciudades de los sacerdotes, para distribuir fielmente las porciones, por clases, a sus hermanos, fueran grandes o pequeños,
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sin tener en cuenta su registro genealógico, a los varones de treinta años arriba, todos los que entraban en la casa del SEÑOR para las tareas diarias, por su trabajo en sus oficios según sus clases;
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así como a los sacerdotes que estaban inscritos genealógicamente conforme a sus casas paternas, y a los levitas de veinte años arriba, según sus oficios y sus clases.
18
Y el registro genealógico incluía todos los niños, las mujeres, los hijos y las hijas de toda la asamblea, porque se consagraban fielmente en santidad.