10
Ahora he decidido en mi corazón hacer un pacto con el SEÑOR, Dios de Israel, para que el ardor de su ira se aparte de nosotros.
11
Hijos míos, no seáis ahora negligentes, porque el SEÑOR os ha escogido a fin de que estéis delante de El, para servirle y para ser sus ministros y quemar incienso.
12
Entonces se levantaron los levitas: Mahat, hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías, de los hijos de los coatitas; y de los hijos de Merari, Cis, hijo de Abdi, y Azarías, hijo de Jehalelel; y de los gersonitas, Joa, hijo de Zima, y Edén, hijo de Joa;
13
de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías;
14
de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel.
15
Y éstos reunieron a sus hermanos, se santificaron y entraron para limpiar la casa del SEÑOR, conforme al mandamiento del rey según las palabras del SEÑOR.
16
Entraron los sacerdotes al interior de la casa del SEÑOR para limpiarla, y sacaron al atrio de la casa del SEÑOR toda la inmundicia que hallaron en el templo del SEÑOR. Entonces los levitas la recogieron para llevarla fuera al torrente Cedrón.
17
Comenzaron la santificación el primer día del mes primero, y el octavo día del mes entraron al pórtico del SEÑOR; entonces santificaron la casa del SEÑOR en ocho días, y terminaron el día dieciséis del mes primero.
18
Y fueron al rey Ezequías, y le dijeron: Hemos limpiado toda la casa del SEÑOR, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la mesa del pan de la proposición con todos sus utensilios.
19
Además, todos los utensilios que el rey Acaz en su infidelidad había desechado durante su reino los hemos preparado y santificado, y he aquí, están delante del altar del SEÑOR.
20
Entonces el rey Ezequías se levantó temprano y reunió a los príncipes de la ciudad y subió a la casa del SEÑOR.