1
Y como colaboradores con El, también os exhortamos a no recibir la gracia de Dios en vano;
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pues El dice: EN EL TIEMPO PROPICIO TE ESCUCHE, Y EN EL DIA DE SALVACION TE SOCORRI. He aquí, ahora es EL TIEMPO PROPICIO; he aquí, ahora es EL DIA DE SALVACION.
3
No dando nosotros en nada motivo de tropiezo, para que el ministerio no sea desacreditado,
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sino que en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias,
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en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos,
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en pureza, en conocimiento, en paciencia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,
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en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha y para la izquierda;
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en honra y en deshonra, en mala fama y en buena fama; como impostores, pero veraces;
9
como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí, vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte;
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como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo.