8
Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior, mas no se podían ver desde afuera; y allí están hasta hoy.
9
En el arca no había más que las dos tablas de piedra que Moisés puso allí en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los hijos de Israel cuando salieron de la tierra de Egipto.
10
Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa del SEÑOR
11
y los sacerdotes no pudieron quedarse a ministrar a causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR.
12
Entonces Salomón dijo: El SEÑOR ha dicho que El moraría en la densa nube.
13
Ciertamente yo te he edificado una casa majestuosa, un lugar para tu morada para siempre.
14
Después el rey se volvió y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba de pie,
15
y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que habló por su boca a mi padre David y por su mano lo ha cumplido, cuando dijo:
16
"Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no escogí ninguna ciudad de entre todas las tribus de Israel en la cual edificar una casa para que mi nombre estuviera allí, mas escogí a David para que estuviera sobre mi pueblo Israel."
17
Y mi padre David tuvo en su corazón edificar una casa al nombre del SEÑOR, Dios de Israel.
18
Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: "Por cuanto tuviste en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien hiciste en desearlo en tu corazón.
19
"Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino que tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre."
20
Ahora el SEÑOR ha cumplido la palabra que había dicho, pues yo me he levantado en lugar de mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR prometió, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR, Dios de Israel.
21
Y he puesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que El hizo con nuestros padres cuando los trajo de la tierra de Egipto.
22
Entonces Salomón se puso delante del altar del SEÑOR en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos al cielo.
23
Y dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y muestras misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón,
24
que has cumplido con tu siervo David mi padre lo que le prometiste; ciertamente has hablado con tu boca y lo has cumplido con tu mano como sucede hoy.
25
Ahora pues, oh SEÑOR, Dios de Israel, cumple con tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: "No te faltará quien se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí como tú has andado delante de mí."
26
Ahora pues, oh Dios de Israel, te ruego que se cumpla tu palabra que hablaste a tu siervo, mi padre David.
27
Pero, ¿morará verdaderamente Dios sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.
28
No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;